¿Estoy pecando?

¿Estoy pecando?

Cuando mentimos es fácil darse cuenta que estamos fallando. No solo por lo que dice la biblia, sino también porque hay una negativa moral en el acto. Muchos de los pecados que cometemos son simples de reconocer, ya que evidencian nuestro corazón.

Ahora, hay situaciones que parecen ponerlos entre las cuerdas. Todos alguna vez nos preguntamos si tal cosa es pecado o no.

Nos genera confusión ese tipo de dudas que parece que a Dios se le olvidó aclarar, y no es un detalle menor, ya que muchas veces pueden conducirnos a grandes confusiones que vamos arrastrando y mezclando entre si.

¿Está mal hacerse una cuenta falsa en redes sociales?, ¿Suscribirse a un canal donde solo hablan malas palabras?, ¿Tener amistades no cristianas?, etc.

La biblia nos da un antídoto infalible ante estas situaciones. Romanos 14:22-23 dice que deberíamos evitar hacer todo aquello que traicione nuestra conciencia.

La biblia ejemplifica diciendo que a algunas personas les afectaba comer ciertas comidas, quizás hoy nos parezca un disparate, pero en ese contexto tenia mucha lógica, ya que los primeros cristianos venían de dejar antiguas costumbres y todavía les costaba soltar por completo esas ordenanzas. Hoy en día quizás podamos ejemplificar con otras situaciones, pero aunque los tiempos cambiaron, sigue siendo igual de aplicable. Cuando no tenemos una palabra de guía para decidir sobre nuestro actos, nuestra conciencia nos dará la solución inmediata. Es sencillo, si algo te incomoda mejor no lo hagas.

Otra gran ayuda para tomar decisiones es tener en cuenta lo que Pablo le dijo a la iglesia de los Corintios: Dentro de todo lo que puedo hacer, no todo me conviene. (1 Corintios 10:23)

Ya no hablamos de pecado, sino de consecuencias. Nuestros actos tienen inferencias que impactan nuestro entorno. Deberíamos evitar hacer algo que pueda llegar a afectar negativamente a mi familia, amigos, trabajo, etc. Un ejemplo sencillo podría ser cuidar las bromas que hacemos, ya que sin buscarlo, podemos dañar el autoestima de un ser querido.

Para concluir, si algún acto (sin importar cual sea) atenta contra mi conciencia, entonces ese acto me esta haciendo pecar. También debería analizar si, me haga pecar o no, puedo sacar algún provecho del mismo. Sino, me convendría evitar hacerlo.

Gabriel Viveros